martes, 17 de noviembre de 2009

Reflexiones a "grosso modo"

El aprendizaje en estas últimas décadas ha sufrido muchos cambios. La nueva corriente sobre el aprendizaje de las personas ha adquirido matices más humanos y prácticos; una de sus bases principales es que el conocimiento adquirido tenga una razón y un uso en la práctica cotidiana de los alumnos. La definición de educación a adquirido un sentido práctico sobre como ayudar a los estudiantes (sin importar edad) a adquirir y desarrollar las herramientas intelectuales y las estrategias de aprendizaje que se requieren para adquirir el conocimiento.

La memorización de información, tal como se llevaba a cabo anteriormente, ya no pueden adecuarse a los nuevos contextos, el papel del docente, es esencial al tener éste las herramientas indicadas y el conocimiento adecuado para aplicar una enseñanza acorde a las necesidades de los alumnos, la institución y la sociedad.

El papel de la compresión en el aprendizaje es básico, puesto que el viejo esquema de memorizar ya es incongruente, la enseñanza debe otorgar al alumnos todas las herramientas para que desarrolle un proceso cognitivo integral (recabar la información, analizarla, procesarla y darle un uso práctico en su contexto).

El punto de partida en el proceso de enseñanza-aprendizaje tiene que invertir posiciones, ya no es posible arrancar desde la visión de un alumno al que hay que enseñarle conocimientos nuevos, sino por el contrario, partir desde aquel alumno que trae consigo ciertos conocimientos y que estos pueden ser la base para incrementar y aumentar otros.

Es necesario tomar en cuenta un elemento del que poco se trabaja, el papel de la comunicación, todo lo que rodea al ser humano expresa algo o tiene una intención, desde una postura, una idea, una palabra todo comunica algo a alguien, es muy importante que emitamos un ambiente comunicativo claro y sano, no solamente en nuestro entorno laboral con los alumnos y los compañeros, sino también, en nuestra vida diaria. Recordemos que si los canales comunicativos que tendemos nosotros, no son claros y legibles, no vamos a tener la capacidad de generar ambientes propicios a nuestros objetivos.

Importante es para toda acción busquemos las palabras, los ambientes, los entornos y las acciones más apropiados para que nuestro desarrollo tanto profesional como personal sea sobresaliente.

Saludos

martes, 10 de noviembre de 2009

El aprendizaje y como medirlo

¿El aprendizaje es algo tan absolutamente trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
Por supuesto que no. El aprendizaje es un proceso muy complejo que todos demostramos en diferentes grados y que, unas simples preguntas no reflejan realmente lo que se ha aprendido. ¿Cuántos alumnos no hemos tenido que responden “acertadamente” estas preguntas, pero que si los cuestionas un par de días después, simplemente ya no recuerdan?

Al aprender, los alumnos están optando por una forma concreta de apropiación de la realidad, del medio ambiente en el que se desarrollan, del mundo en sí. Esa forma de apropiación de la realidad es muy particular y a veces no es del todo medible y mucho menos entendible para las personas (llámese docentes o como se llame) que están a nuestro alrededor.

Considero que existen aprendizajes que tiene un “lapso de tiempo” en el que se pueden emplear fácilmente por los sujetos que los aprendieron, pero la duración del tiempo que dichos aprendizajes se pueden “emplear” es variable. Hay aprendizajes que algunos autores denominan “no significativos”, y estoy de acuerdo con el término pues creo que realmente no significan ni impactan a corto, mediano y largo plazo en los alumnos.

Junto a los aprendizajes no significativos, están los significativos, que son aquellos que tienen impacto a corto, mediano y largo plazo en la vida de los seres humanos. Los aprendizajes significativos pueden darse tanto en el marco de la escuela como fuera de éste. Existen varias teorías que tratan de explicar la forma en la que el ser humano aprende significativamente, sin embargo, parece ser que el eje de reflexión de las mismas son el sujeto y sus estructuras afecto – cognitivas desde las cuales entienden y resuelven su realidad.

Respecto de las competencias, en el marco del constructivismo, se pueden definir como: “Competencia es la capacidad para movilizar saberes en un contexto determinado, en la acción y con éxito, para satisfacer necesidades, atender situaciones, resolver problemas, tomar decisiones y/o lograr objetivos”. Al tratar de desarrollar las competencias, algunos autores (como Perrenoud), mencionan que el discurso expositivo no es operativo por lo que sugieren excluirlo de manera radical. Pienso que el discurso expositivo es, como tal, una herramienta más a nuestra disposición para lograr que los alumnos adquieran las competencias. Habrá seguramente un momento en que la empleemos por lo que coincido en que no debe ser excluido de forma radical en el desarrollo de las competencias. También creo que no se debe abusar de ella.

Al desarrollar las competencias, se movilizan saberes, los que podríamos entender como ciertas unidades cognitivas (fundadas en algún tipo de conocimiento) que nos permiten comprender la realidad y actuar en consecuencia, de una determinada manera. Las competencias como los conocimientos nuevos son el resultado de la transformación adaptativa de los esquemas de acción.

Piaget, Ausbel, Moreno, Wertsch, etc., fijan sus posturas respecto de las situaciones que favorecen la apropiación del conocimiento, pero todas éstas son del tipo “constructivista” dado que es a través de estas opciones de aprendizaje que el sujeto se construye a sí mismo. Todo aprendizaje es, en tanto que es apropiación de la realidad y construcción de sí mismo, un aprendizaje significativo.

Los autores del texto mencionan que no creen que los aprendizajes significativos sean consecuencia directa de lo que un maestro hace o deja de hacer, sino de lo que un estudiante hace o deja de hacer a propósito de los contenidos temáticos y que un aprendizaje puede ser más significativo que otro en función del grado de vinculación que guarde éste con la sobrevivencia o el desarrollo de sí mismo, por eso, es primordial conocer el contexto en el que se desarrollan nuestros alumnos. Esto nos proporcionará información que favorezca el aprendizaje significativo. Es importante también no olvidarnos de concientizar a los alumnos para que ellos mismos identifiquen la realidad en que viven ya que en muchas ocasiones pareciera que no se percatan de la situación o bien tienen una visión bastante distorsionada de la misma.

Para el aprendizaje situado debemos considerar básicamente: 1) el interés del estudiante por aprender algo; y 2) las posibilidades reales que tal estudiante tiene para acometer con éxito la tarea de construir un determinado conocimiento. Los 2 puntos anteriores son fundamentales para que realmente los alumnos aprendan, y que lo que se aprenda, sea permanente y significativo.

Para situar el aprendizaje, debemos considerar tres puntos más: 1) el interés por controlar la realidad; 2) el interés por comprenderla de manera holística; y 3) el interés por transformarla o emanciparse a través de la acción de unas ciertas relaciones de poder

Basándome en todo lo anterior, repito nuevamente: “Por supuesto que no”, a la interrogante planteada: ¿El aprendizaje es algo tan absolutamente trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?

Concepciones de aprendizaje

¿Qué concepciones de aprendizaje nos parecen congruentes con el enfoque por competencias y por qué?


Al analizar las Concepciones del Aprendizaje de Pere Marqués, me percato que no son más que las distintas metodologías con las se ha trabajado en distintos momentos en las aulas de clase; no creo que sean del todo malas o buenas, más bien creo que todas tienen puntos a favor y en contra que se han aprovechado en mayor o menor forma, cuando estas metodologías del proceso de enseñanza – aprendizaje estaban operando en las aulas de nuestras escuelas.

Hoy por hoy, en las aulas de nuestras escuelas se está implantando una metodología con enfoque por competencias. Al igual que en las metodologías anteriores, también creo que no es la panacea, que tiene sus puntos fuertes y débiles.

Desde mi particular punto de vista, considero que algunas concepciones de las mencionadas por Pere Marqués tienen puntos que son congruentes con el enfoque por competencias, dichos puntos se muestran en la tabla siguiente:

Concepción
 
Leyes, propuestas.
La perspectiva conductista.

•  Ensayo y error con refuerzos y repetición.
•  Asociacionismo : Los conocimientos se elaboran estableciendo asociaciones entre los estímulos que se captan.
Aprendizaje por descubrimiento .

•  Experimentación directa sobre la realidad, aplicación práctica de los conocimientos y su transferencia a diversas situaciones.
•  Aprendizaje por penetración comprensiva. El alumno experimentando descubre y comprende lo que es relevante, las estructuras.
•  Práctica de la inducción : de lo concreto a lo abstracto, de los hechos a las teorías.
 
Aprendizaje significativo.

•  Condiciones para el aprendizaje:
... significabilidad lógica (se puede relacionar con conocimientos previos)

... significabilidad psicológica (adecuación al desarrollo del alumno)

... actitud activa y motivación.
•  Relación de los nuevos conocimientos con los saberes previos.
•  Utilización de organizadores previos que faciliten la activación de los conocimientos previos relacionados con los aprendizajes que se quieren realizar.
•  Funcionalidad de los aprendizajes , que tengan interés, se vean útiles.
Psicología cognitivista .

•  Condiciones internas que intervienen en el proceso: motivación, captación y comprensión, adquisición, retención.
•  Condiciones externas : son las circunstancias que rodean los actos didácticos y que el profesor procurará que favorezcan al máximo los aprendizajes.
Constructivismo .

•  Construcción del propio conocimiento mediante la interacción constante con el medio.
•  Reconstrucción de los esquemas de conocimiento. El desarrollo y el aprendizaje se produce a partir de la secuencia : equilibrio - desequilibrio – reequilibrio.
•  Aprender no significa ni reemplazar un punto de vista (el incorrecto) por otro (el correcto), ni simplemente acumular nuevo conocimiento sobre el viejo, sino más bien transformar el conocimiento. Implica la experimentación y la resolución de problemas y considera que los errores no son antitéticos del aprendizaje sino más bien la base del mismo.
Socio-constructivismo.

•  Importancia de la interacción social. Aprender significa "aprender con otros", recoger también sus puntos de vista. La socialización se va realizando con "otros" (iguales o expertos).
•  Incidencia en la zona de desarrollo próximo , la interacción con los especialistas y con los iguales puede ofrecer un "andamiaje" donde el aprendiz puede apoyarse.
•  El aprendizaje colaborativo y el aprendizaje situado; los participantes negocian los significados. El aula debe ser un campo de interacción de ideas, representaciones y valores. La interpretación es personal, de manera que no hay una realidad compartida de conocimientos.
•  Cada uno construye (reconstruye) su conocimiento según sus esquemas , sus saberes y experiencias previas su contexto...

¿Por qué lo considero así? Porque la metodología basada en competencias pretende que nuestros alumnos sean competentes en “algo”, y ser competentes significa que posean habilidades, destrezas, aptitudes, actitudes, etc., y que sean capaces de movilizar todos estos recursos para resolver una problemática que estén enfrentando.

En los CECyTEs, al egresar nuestros alumnos obtienen un certificado de bachillerato, y si cumplieron con lo establecido en la parte técnica y/o tecnológica, un titulo como técnicos en “x” especialidad. Los programas de estudio están basados en normas técnicas de competencia laboral (NTCL) que especifican que para que un alumno sea “competente”, debe demostrar que sabe, por ejemplo, formatear un equipo de cómputo, preparar una bebida alcohólica o no alcohólica, que sabe poner una inyección intravenosa, etc. Como apoyo a los alumnos existen Guías de Aprendizaje para las carreras que se tienen en el subsistema; dichas guías integran las competencias genéricas y profesionales y básicamente están construidas planteando situaciones y problemáticas a los alumnos que al resolverlas, ayudan a la adquisición de las habilidades y destrezas que proporcionan las competencias, y según yo, para adquirir dichas competencias se emplean las leyes y/o propuestas plasmadas en la tabla anterior. De todas las anteriores, considero que se aplican, por las razones antes mencionadas, con mayor frecuencia, las de las concepciones constructivistas, de aprendizaje por descubrimiento y de aprendizaje significativo.

martes, 13 de octubre de 2009

Los saberes de mis estudiantes

1) Lo que nuestros estudiantes saben hacer en Internet
Mis estudiantes son de 5° semestre de la carrera de Informática, de tal suerte que tienen bastante contacto con el internet, sin embargo, la mayor parte del tiempo que pasan empleando el internet es en actividades tales como: Buscar información referente a sus tareas, bajar música, fotos, videos, descargando utilerías, software, drivers, usando youtube, ares (P2P para video o música), bajando juegos, interactuando con otros mediante el chat, Hi-5, Sónico, Badoo, Facebook, Messenger, e-mail. También realizan otras actividades como actualizar definiciones de bases de datos de antivirus y ver la TV por internet.
2) ¿Qué podemos hacer para aprovechar esos saberes en el aula?
Una de las actividades que podemos hacer para aprovechar esos saberes en el aula es: compartir los conocimientos y adquirir nuevas competencias mediante la colaboración mutua y el trabajo en equipo de tal suerte que los que saben enseñen a quienes no saben y así estandarizar el nivel de conocimientos al del alumno con más “tablas” en la parte informática y de internet.
3) ¿Quién van a enseñar a quién y qué le enseñará?
Vamos a dividir al grupo en equipos de trabajo en el que cada uno de los equipos tenga un “experto” en alguna de las habilidades marcadas en amarillo, y éste se encargará de enseñar esas habilidades a los compañeros de su equipo de trabajo, después de eso, se formarán nuevos equipos de trabajo en los que, repitiendo la misma mecánica, se adquieran las habilidades faltantes a los integrantes de los equipos, el proceso se repite varias veces hasta que el grupo completo logra estandarizar sus niveles.
De entre todo lo que saben hacer, solo se realizarán actividades con miras a atender los puntos en amarillo debido a que la gran mayoría posee, en mayor o menor nivel, las otras habilidades mencionadas.
4) ¿Dónde lo harán?
Las actividades se llevarán a cabo, en la medida de lo posible, en los centros de cómputo del colegio; cuando no se pueda ahí, las actividades se realizarán en los lugares que los equipos de trabajo designen.
5) ¿En qué consiste mi actividad?
Mi actividad consistirá en verificar que efectivamente se está llevando a cabo la estandarización de conocimientos, vía evidencias de desempeño y/o producto.

Mi confrontación con la docencia

Buenos días compañeros.

Primeramente les comentaré que mi profesión de origen es Ingeniero en Electrónica, egresé del Instituto Tecnológico de Querétaro en 1997 y como todo recién egresado, comencé a buscar trabajo y anduve haciendo entrevistas aquí y allá. En ese inter de que hacia entrevistas y esperaba a que me llamaran, una conocida, ahora compañera de trabajo, me dijo que en el CECyTEQ se les acababa de ir un Ingeniero en Electrónica que estaba dando clases pues le habían ofrecido un mejor trabajo, y que el colegio estaba buscando una persona para suplir al que acababa de irse, me dijo que si me interesaba le dijera para que me consiguiera una cita con el director del plantel.

Aquí confieso que lo pensé varias veces pues mi madre, algunos tíos, tías y primos son maestros de primaria y según yo, había decidido que no sería maestro jamás, pero finalmente me decidí, según yo mientras salía algo en la industria, estaría un semestre dando clase. Ese semestre entre al salón de clases como Dios me dio a entender y aunque tenía miedo de no dar el ancho con los muchachos, me fue gustando y estoy a un par de meses de cumplir 12 años dando clases.
En un principio yo pensaba que ser profesor era algo relativamente fácil, sin embargo me he dado cuenta de que puede ser muchas cosas pero fácil no es.

Hoy día me siento muy orgulloso de ser profesor del nivel medio superior y más porque estoy dando clase en el municipio en el que he vivido toda mi vida, considero que con mi esfuerzo como docente he logrado poner mi granito de arena en el desarrollo tanto personal como académico y profesional de mis alumnos y ex alumnos y, eso significa para mi, un motivo de orgullo.

Las satisfacciones más grandes que he tenido como docente han sido cuando caminando por las calles de mi pueblo, me encuentro a mis ex alumnos y me saludan con gusto, o cuando me llegan a comentar: profe, lo que nos enseño me ha servido mucho en la uni o en la chamba. No todo es color de rosa pues también hay cosas que me frustran y me llenan de insatisfacción, entre ellas están por ejemplo, el que algunos padres de familia nos manden sus hijos a la escuela y consideren que ya con mandarlos cumplieron pues ni siquiera se paran en el colegio hasta que sus hijos ya están con un pié afuera debido a alguna problemática que tuvieron y que de haberles puesto atención, se hubiera podido subsanar.

Otra cosa que también me causa insatisfacción es ver que algunas veces, las autoridades educativas están atentas solo a los números y a veces la calidad no les importa mucho.
Estoy seguro de que así como a mí, más de alguno de ustedes comparte algunos de esos puntos conmigo sobre lo que nos causa insatisfacción del trabajo docente, pero eso probablemente sea tema de otro foro.

Saludos.

La aventura de ser maestro

La aventura de ser maestro

José M. Esteve
Universidad de Málaga

El autor afirma que se aprende a ser profesor por ensayo y por error. Como casi todo el mundo, yo me inicié en la enseñanza con altas dosis de ansiedad; quizás porque, como he escrito en otra parte, nadie nos enseña a ser profesores y tenemos que aprenderlo nosotros mismos por ensayo y error. Casi todos mis compañeros docentes y yo nos iniciamos en la docencia y hemos aprendido en menor o mayor grado a base de prueba y error. Viendo que es lo que funciona en un grupo con ciertas características y que no funciona y experimentando de distintas formas en nuestro trabajo docente.

Luego, con el paso del tiempo, corrigiendo errores y apuntalando lo positivo, pude abandonar las apariencias y me gané la libertad de ser profesor: la libertad de estar en clase con seguridad en mí mismo, con un buen conocimiento de lo que se puede y lo que no se puede hacer en una clase; la libertad de decir lo que pienso, de ensayar nuevas técnicas para explicar un tema, de cambiar formas y modificar contenidos. Conforme van transcurriendo los semestres y nos vamos dando frentazos por las cosas que no salieron como esperábamos, y observamos que es lo que si nos funciona, se nos va quitando el miedo que sentimos de manera inicial al pararnos frente al grupo al momento de dar clase; vamos adquiriendo la experiencia necesaria para poder solventar las situaciones que se nos pueden presentar en el aula, y cuando lo hacemos, logramos ver que nuestros alumnos estaban realmente interesados en nuestra clase y eso, al menos a mí en lo personal, me hace sentir muy bien por cómo me desempeñé en mi trabajo y eso me hace disfrutar mi labor como docente.

Pensar y sentir
No tiene sentido dar respuestas a quienes no se han planteado la pregunta; por eso, la tarea básica del docente es recuperar las preguntas, las inquietudes, el proceso de búsqueda de los hombres y mujeres que elaboraron los conocimientos que ahora figuran en nuestros libros. La primera tarea es crear inquietud, descubrir el valor de lo que vamos a aprender, recrear el estado de curiosidad en el que se elaboraron las respuestas. Para ello hay que abandonar las profesiones de fe en las respuestas ordenadas de los libros, hay que volver las miradas de nuestros alumnos hacia el mundo que nos rodea y rescatar las preguntas iniciales obligándoles a pensar.
Si bien es cierto que no tiene sentido dar respuestas a quienes no se han planteado las preguntas, también considero que la obligación básica del docente es plantear las preguntas correctas a los alumnos, sembrarles la inquietud y el deseo de conocer más de esos temas en particular. Si nosotros como docentes logramos interesar a nuestros alumnos en los temas de nuestras clases, entonces habremos logrado en gran medida que ellos aprendan los contenidos que deseamos transmitirles. Para esto, necesitamos plantearnos nuevos retos y metas y desafiarnos como docentes para poder lograr interesar a nuestros alumnos.

Cada día, antes de explicar un tema, necesito preguntarme qué sentido tiene el que yo me ponga ante un grupo de alumnos para hablar de esos contenidos, qué les voy a aportar, qué espero conseguir. Y luego, cómo enganchar lo que ellos saben, lo que han vivido, lo que les puede preocupar, con los nuevos contenidos que voy a introducir. Por último me lanzo un reto: me tengo que divertir explicándolo, y esto es imposible si cada año repito la explicación del tema como una salmodia. La renovación pedagógica, es una forma de egoísmo: con independencia del deseo de mejorar el aprendizaje de mis alumnos, la necesito como una forma de encontrarme vivo en la enseñanza, como un desafío personal para investigar nuevas formas de comunicación, nuevos caminos para hacer pensar a mis alumnos...

Este es el objetivo: recuperar y transmitir el sentido de la sabiduría; rescatar para nuestros alumnos, de entre la maraña de la ciencia y la cultura, el sentido de lo fundamental permitiéndoles entenderse a sí mismos y explicar el mundo que les rodea. Coincido con que este es el objetivo: rescatar para nuestros alumnos el sentido de lo fundamental permitiéndoles entenderse a sí mismos y explicar el mundo que les rodea.
Desafortunadamente ese es uno de los retos más grande desde mi perspectiva como docente.

Identidad profesional
El primer problema consiste en elaborar tu propia identidad profesional. Esto implica cambiar tu mentalidad, desde la posición del alumno que siempre has sido, hasta descubrir en qué consiste ser profesor. Y aquí aparecen los primeros problemas, porque hay enseñantes que no aceptan el trabajo de ser profesor. Se les ha repetido hasta la saciedad la importancia de la motivación para el aprendizaje significativo: “el buen profesor debe motivar a sus alumnos”; pero nadie se ha preocupado de que aprendieran de forma práctica diez técnicas específicas de motivación. Al llegar al trabajo práctico en la enseñanza, el profesor novato Tiene claro lo que debería hacer en clase, pero no sabe cómo hacerlo. “El choque con la realidad” dura dos o tres años; en ellos tiene que solucionar los problemas prácticos que implica entrar en una clase, cerrar la puerta y quedarse a solas con un grupo de alumnos.
Cuando comenzamos a dar clase, si no hemos tenido una formación pedagógica, comenzamos a recordar a los profesores que nos dieron clase durante nuestra formación académica y sin querer, evocamos a los profesores que mejor nos pareció su manera de trabajar o de darnos clase, y tratamos de imitar la forma en que dicho docente o docentes nos dieron clase, es decir, tenemos claro como deberíamos dar la clase, pero no sabemos cómo hacerlo ni tenemos en nuestros inicios, la experiencia para hacerlo. Nosotros recibimos clase de esos profesores y nos pareció la mejor clase que hayamos tenido, sin embargo, no nos percatamos en ese momento, de todas las técnicas que el docente empleó para mantenernos interesados y hacernos aprender con gusto el tema.

La identidad profesional se alcanza tras consolidar un repertorio pedagógico y tras un periodo de especialización, en el que el profesor novato tiene que volver a estudiar temas y estrategias de clase, ahora desde el punto de vista del profesor práctico y no del estudiante de magisterio.
Entre los profesores de secundaria, el problema de la identidad profesional es mucho más grave. Como señala Fernando Corbalán: “la inmensa mayoría de los profesores de secundaria nunca tuvimos una vocación clara de enseñantes... Estudiamos una carrera para otra cosa (matemático profesional, químico, físico,...)”. Y, además, descubre horrorizado que los alumnos no tienen el menor interés por la Historia, y que temas claves de su especialidad. Para colmo, se da cuenta de que no sabe cómo organizar una clase, cómo lograr un mínimo orden que permita el trabajo y cómo ganarse la atención de los alumnos. Aquí, el elemento central consiste en comprender que la esencia del trabajo del profesor es estar al servicio del aprendizaje de los alumnos.
Aunque aquí se habla de profesores de primaria y secundaria, igualmente aplica para profesores de bachillerato de alguna especialidad técnica en la que estudiamos una carrera que nunca ( o la mayoría de las veces) estuvo orientada a ejercer profesionalmente como docente. Tenemos los conocimientos técnicos pero nos falta la parte pedagógica que es necesaria para desarrollar mejor nuestra actividad docente.

El panorama se ennegrece más al descubrir que hoy por hoy, muchos de nuestros alumnos no tienen el más mínimo interés en nuestra clase y que están en ella por muy variados motivos, pero muy pocos de nuestros alumnos tienen las ganas de aprender nuestra materia.
Por contra, algunos profesores consiguen estar a gusto en su trabajo, y descubren que esto pasa, necesariamente, por una actitud de servicio hacia los alumnos, por el reconocimiento de la ignorancia como el estado inicial previsible, por aceptar que la primera tarea es encender el deseo de saber, por aceptar que el trabajo consiste en reconvertir lo que sabes para hacerlo accesible a un grupo de adolescentes... Esa enorme empresa que es la enseñanza no tiene como fin nuestro lucimiento personal, nosotros estamos allí para transmitir la ciencia y la cultura a las nuevas generaciones, para transmitir los valores y las certezas que la humanidad ha ido recopilando con el paso del tiempo, y advertir a las nuevas generaciones del alcance de nuestros grandes fracasos colectivos. Esa es la tarea con la que hemos de llegar a identificarnos.

Comunicación e interacción
Un profesor es un comunicador, es un intermediario entre la ciencia y los alumnos, que necesita dominar las técnicas básicas de la comunicación. Además, en la mayor parte de los casos, las situaciones de enseñanza se desarrollan en un ámbito grupal, exigiendo de los profesores un dominio de las técnicas de comunicación grupal. Por tanto, ese proceso de aprendizaje inicial, implica entender que una clase funciona como un sistema de comunicación e interacción.
Las habilidades de comunicación e interacción son indispensables para un buen docente. Uno puede tener todo el dominio del tema, pero si no sabemos cómo comunicar esos conocimientos a nuestros alumnos, ni sabemos escuchar, preguntar e interactuar con ellos, va a ser muy difícil conseguir captar la atención y el interés de los alumnos.

Una buena parte de las ansiedades y los problemas de los profesores debutantes se centran en este ámbito formal de lo que se puede y lo que no se puede decir o hacer en una clase.
El problema no consiste sólo en presentar correctamente nuestros contenidos, sino también en saber escuchar, en saber preguntar y en distinguir claramente el momento en que debemos abandonar la escena. Los profesores experimentados saben qué lugar físico deben ocupar en una clase, dependiendo de lo que ocurra en ella; saben interpretar las señales gestuales que emiten los alumnos para regular nuestro ritmo de clase, y el dominio de éstas y otras habilidades de comunicación requiere entrenamiento, reflexión y una constante actitud de autocrítica para depurar nuestro propio estilo docente.

Disciplina
Otro obstáculo serio a superar, quizás el que genera en los novatos la mayor ansiedad, es el problema de la disciplina. En realidad, es un problema muy unido a nuestros sentimientos de seguridad y a nuestra propia identidad como profesores.
La disciplina es otro de los temas importantes en un ambiente educativo; yo creo que debemos ser flexibles hasta cierto punto para lograr que nuestros alumnos no nos vean como el enemigo, pero debemos estar muy atentos y establecer muy bien los límites de hasta dónde podemos dejar hacer a nuestros alumnos. En este punto interviene todo, desde como actuamos hasta como les contestamos.
Entre esos dos extremos que van desde la indefensión hasta las respuestas agresivas, el profesor tiene que encontrar una forma de organizar a la clase para que trabaje con un orden productivo.

Contenidos y niveles
Por último, nos queda el problema de adaptar los contenidos de enseñanza al nivel de conocimientos de los alumnos. Yo también protesto por el bajo nivel con el que me llegan mis alumnos, pero protestar no sirve de nada, tienes los alumnos que tienes, y con ellos no hay más que una alternativa: o los enganchas en el deseo de saber, o los vas dejando tirados conforme avanzas en tus explicaciones. Este es uno de los puntos que en ocasiones se nos complica sobremanera, algunas veces el tema es tan conocido y familiar para nosotros que lo vemos como algo natural, esto sucede por lo mismo que tenemos un cierto nivel de conocimiento del mismo y se nos hace muy difícil entender o más bien darnos cuenta, de que nuestros alumnos no tienen nuestro mismo nivel de conocimientos y no ven tal claras ciertas cosas que nosotros quisiéramos que pudieran ver tan natural como nosotros. Esto puede causar cierta frustración en nosotros como docentes y como consecuencia de esto, perdida de interés en lo que están aprendiendo nuestros alumnos. Llegamos a creer que algo está mal con ellos y podemos llegar al punto de que “haces como que estudias, hago como que te explico”.
Esto se resuelve reflexionando sobre nuestro quehacer docente y dándonos cuenta de que debemos “bajar” el nivel del conocimiento para que este sea asequible a nuestros alumnos.

El orgullo de ser profesor
Es posible que mucha gente piense que ser profesor no es algo socialmente relevante, pues nuestra sociedad sólo valora el poder y el dinero; pero a mí me queda el desafío del saber y la pasión por comunicarlo.
Finalmente, creo que debemos estar orgullosos de ser profesores puesto que a veces, la sociedad no nos reconoce como creemos que nos debiera reconocer; la mayoría de nosotros no logramos como profesores acumular riquezas monetarias, sin embargo, nuestras riquezas son menos tangibles pero probablemente más satisfactorias pues es un orgullo para mí, que en la calle alguien me salude porque fui su maestro y tenga un buen concepto mío porque lo aprendido en las aulas conmigo, le ayudo a ser mejor personal y profesionalmente.